La mayor aptitud de un "profesional de marca" es la empatía, aquello que nos lleva a ponernos en el sitio del otro. En un profesional esto significa, principalmente, tratar a nuestro entorno (clientes, empleados, proveedores...) como nos gustaría que nos tratase a nosotros mismos en el momento que cruzamos una puerta. En primer lugar, sin duda, con amabilidad y una sonrisa honesta, auténtica.
Cuando practicamos el acogimiento sincero, hacemos que la otra persona se sienta cómoda, al mismo tiempo, que creamos confianza, expectación y predisposición a la escucha de nuestro mensaje.
Siempre recordaré una de las imposiciones más gratificantes que nos mandaron realizar a todos los profesores a la entrada y salida de los alumos de las aulas.
¿Os podéis imaginar el revuelo que esto suponía? En la escuela había alumnos de primaria y secundaria en el mismo edificio. Un mismo pensamiento cruza las mentes de todos los profesores de secundaria: ¡Los adolescentes, completamente solos, en las aulas, a las entradas y salidas! 😱
- ¿Cómo lo vamos a hacer?, nos preguntabamos los unos a los otros.
- Dejaremos las puertas abiertas y nos podremos al lado de la entrada, acordamos.
Desde el minuto cero, la imposición se convirtió en una experiencia apasionante.
- ¡Buenos días!, empezaba yo el día saludando al alumno que se cruzaba conmigo en la estrecha escalera.
-¡Buenos días!, me contestaba con los ojos abiertos como platos y con cara de no entender nada. El alumno seguramente pensaría: - ¿qué hace ésta?
Sin embargo, yo no me conformaba únicamente con saludarles. Me fijo en ellos y en lo que llevan con más orgullo. Entonces, añado con énfasis: -¡Hala, qué mochila más chula llevas!
-¿Te gusta? Es nueva, me la han regalado por mi cumpleaños, contesta con una amplia sonrisa, la peque.
Es la primera conexión que se produce con la inteligencia emocional que, más adelante, en el aula, jugará un papel tan importante en la actitud del alumnado ante la clase.
Poco a poco, uno tras uno, los más peques, alzan su mirada para encontrarse con la mía esperando a ver qué les decía... ¡Emocionante y enternecedor!, ¿no os parece?
Pero, claro, me preguntaréis: ¿qué pasa con los adolescentes?
Bien, ¡no os podéis imaginar la simpatía que muestran los adolescentes con los más pequeños! Sabiendo esto, cada día, uno de mis alumnos me acompañaba para dar la bienvenida o despedir a los estudiantes de primaria.
Al principio, les daba corte. He dicho, al principio. Porque a los dos días, miraban de ser el primero en entrar en clase para pedirme si podían recibir y/o despedir a su compis más simpáticos.
Un "presunto inconveniente" se convertía así en una acción que llevaba a una actitud positiva en las aulas.
Moraleja: la empatía y la amabilidad son contagiosas, practícalas a diario y ayudarás a otros a convertirse, como tú, en profesionales de marca.
Os dejo con un vídeo que hace un tiempo recibí y que he titulado "Cantera de Profesionales de Marca". 😉
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